Según López Valdivielso, la operación, denominada "Delfín Ali", realizada en 15 provincias, se inició en 1997 y fue desarrollada por la Comandancia de Alicante de la Guardia Civil, aunque posteriormente contó con el apoyo de otras unidades del cuerpo.

Además de la droga, se han interceptado 63 embarcaciones, diverso material de transmisiones, de navegación, aparatos de visión nocturna y documentación.

Las investigaciones se iniciaron a partir de las informaciones qe apuntaban la existencia de una organización de traficantes de hachís que actuaba en todo el litoral mediterráneo, introduciendo en España, y a veces en otros países de la Unión Europea, grandes cantidades de esa droga.

El hachís era transportado en potentes embarcaciones de alta velocidad, lo que puso a los investigadores en la pista de una empresa radicada en el puerto deportivo Miguel Caballero, en la urbanización Dehesa de Campoamor, de la localidad alicantina de Orihuela.

Los traficantes acuaban con tres infraestructuras distintas: una marítima, que adquiría embarcaciones y las preparaba, además de conseguir los apoyos de distintos puertos deportivos y localizar y contratar a patrones y pilotos conocedores de las costas de Marruecos y de todo el litoral mediterráneo.

Una infraestructura terrestre se encargaba, a su vez, de localizar a los porteadores para el transbordo y conseguía los vehículos para transportar la droga, mientras que una infraestructura económica y financiera aportaba e capital necesario para la adquisición del hachís y gestionaba el posterior blanqueo de los beneficios que se obtenían.

Aunque funcionaban de manera independiente, estas tres organizaciones se coordinaban entre sí y utilizaban sociedades ficticias mediante las cuales realizaban actividades en apariencia legal.