La operación, que se ha llevado a cabo en Cuenca, Madrid, Sevilla, Cádiz y Alicante, se ha saldado con la detención de catro integrantes de la red y otras once personas implicadas. La organización poseía una empresa de construcción, fincas rústicas, locutorios y numerosos vehículos.

La constructora conseguía contrataciones pujando a precios más bajos. Además, realizaba transacciones de capital entre las distintas ramificaciones económicas de la red y con terceros, a la vez que inyectaba dinero procedente de cobros opacos. De este modo, se producía una confusión patrimonial que permitía el blanqueo de dinero obtenido de narcotráfico.

Los principales cabecillas dirigían la red desde la cárcel -donde se encuentran por delitos de narcotráfico-, especialmente las operaciones de blanqueo de capitales. En la actualidad, según la Guardia Civil, la organización se disponía a crear una nueva empresa de construcción de mayor envergadura que la actual.