Los investigadores ya estaban tras la pista de estos jóvenes, residentes en l localidad de Fuenlabrada. Su elevado nivel de vida, con ostentosos vehículos, había levantado las sospechas entre sus vecinos, al no conocerse que ejercieran actividad laboral alguna. Tras numerosas gestiones, los agentes confirmaron que efectivamente se trataba de delincuentes y pudieron determinar quiénes eran los integrantes y las funciones de cada uno.

Alfredo Cristian F.G., de 25 años y Angel Luis S.S., de la misma edad, eran los principales responsables de la banda. Ambos recababan información obre empresas del ramo informático, normalmente a través de páginas de internet -así lo demuestra la cantidad de documentación intervenida en el vehículo de Angel Luis-.

Además, según las fuentes citadas, se tienen indicios suficientes para afirmar que en algunos casos tenían compinches dentro de las empresas. Otro de los integrantes era Jorge M.R., de 26 años, que realizaba funciones de vigilancia durante los robos. También se encargaba directamente de la distribución de sustancias estupefacientes enestablecimientos públicos de ocio de Fuenlabrada y localidades limítrofes.

Por último, contaban con el apoyo de Vanesa N.B., de 21 años, y Pedro Javier B.S., de 28, propietario éste de una tienda de material informático, que ha sido acusado de un delito de receptación. Al parecer era el principal "perista" de todo el material sustraído por los anteriores.

Alfredo Cristian y Angel Luis, tras recabar información sobre empresas del ramo informático, acudían a una determinada ciudad española para estdiarlas "in situ". Visitaban las que más interés les ofrecían y se presentaban como posibles clientes. Así se enteraban del tipo de material que manejaba esa empresa y de sus medidas de seguridad.

Con todos estos datos, elegían una o varias firmas comerciales en la ciudad visitada y, escogido el día más favorable, se desplazaban hasta la misma para cometer el robo esa misma noche. Previamente, habían sustraído algún vehículo de gran cilindrada, del que se servirían para forzar el acceso a la nave y alí lo dejaban abandonado. A continuación, cargaban el material en sus propios vehículos y por la noche volvían a su localidad de origen. Esto dificultaba la investigación policial y su seguimiento en la ciudad afectada.

Con toda la información anterior, los agentes obtuvieron pruebas suficientes para proceder el pasado fin de semana al arresto de los cinco jóvenes. Tras las detenciones, realizaron registros en sus domicilios, lo que permitió la incautación de gran cantidad de componentes informáticos (icroprocesadores, placas base, memorias RAM, ordenadores, etc...) valorados en aproximadamente 50.000 euros; una pistola Tanfoglio, calibre 41, un bolígrafo pistola y abundante munición; numerosas armas blancas, como navajas, machetes y katanas; 120 gramos de cocaína con una báscula de precisión; teléfonos móviles, valorados en más de 80.000 euros y 4 vehículos de gran cilindrada.

Las investigaciones siguen abiertas para tratar de determinar la procedencia de todo el material incautado. Mientras, los etenidos ya han pasado a disposición judicial. Tan sólo los dos máximos responsables cuentan con antecedentes policiales: 9 delitos contra la propiedad le constan a Alfredo Cristian y 2 por el mismo motivo a Angel Luis.