En una rueda de prensa convocada hoy con motivo de la celebración, mañana, del Día Mundial de la Alimentación, el director general de Acción Contra el Hambre, Olivié Longué, dijo que a día de hoy, 840 millones de personas pasan hambre en el mundo, 40 millones más que hace un año.

Un total de 799 millones se encuentran en los países subdesarrollados, 30 millones en los países en transición y 11 millones e los países industrializados.

Longué denunció que la mayoría de los llamamientos remitidos por la ONU a los países donantes no han recibido la respuesta esperada, de forma que sólo se cubre la tercera parte de las cantidades requeridas.

Asimismo, el presupuesto de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO) ha pasado de 800 millones de euros hace 10 años, a 400 en la actualidad, de los que 100 se han destinado a la reconstrucción de Iraq.

Precisamente en el caso de Iraq, "e ejempo más claro de lucha contra el terrorismo", la recaudación ha ascendido hasta 2.000 millones de dólares.

POLITIZACION

Para Longué, la politización de la ayuda humanitaria se debe básicamente a tres razones: en primer lugar, los presupuestos en esta materia han disminuido, cuando las necesidades han aumentado. Además, en su opinión, la ayuda humanitaria debe ser neutral, cuando en casos como Iraq o Afganistán está profundamente condicionada a los intereses de los países ricos.

Por último, xiste una confusión entre los actores humanitarios, de forma que en algunos países, la población confunde a los trabajadores de las ONG y los soldados.

"Si un camión militar tira sacos de harina por las calles, ¿quién los recoge? ¿los niños? ¿las viudas? Lo recogen los más jóvenes y fuertes", dijo el director de Acción contra el Hambre, para quien la esencia de la ayuda humanitaria es que llegue a los más vulnerables.

En este sentido, Longué denunció el aumento del número de países y regiones en os que las organizaciones no gubernamentales no pueden trabajar, como Liberia, Chechenia, Irán, etc.