En la operación, bautizada como "Dolly", el instituto armado se incautó, entre otras cosas, de 25 lectores copiadores, 2 lectores grabadores, 6 ordenadores portátiles -utilizados en el proceso de "clonación" de las tarjetas de crédito-, una cuenta corriente con 6.450 euros, divisas en varias monedas y una pistola.

La red, que estaba estructurada en varios grupos con misiones perfectaente definidas, se dedicaba a la obtención de códigos y a la fabricación de tarjetas falsas de crédito -que obtenían por medio de lectores-copiadores de bandas magnéticas distribuidos por determinados establecimientos comerciales-, con las que compraban, fundamentalmente, ropa, electrodomésticos y teléfonos móviles.

Los delincuentes también efectuaban pagos por hipotéticas compras o servicios de hasta 3.000 euros, que cobraban en metálico, a excepción de la correspondiente contraprestación económica d la que se beneficiaba el comercio con el que pactaban la operación.

La Guardia Civil descubrió, asimismo, la apertura de negocios ficticios que eran dados de alta en el Registro Mercantil, para poder solicitar una cuenta corriente en una entidad bancaria y acceder a un terminal de punto de venta para tarjetas de crédito y de esta manera usar las tarjetas "clonadas" para realizar ingresos en dichas cuentas.

En ocasiones, los códigos obtenidos eran distribuidos en distintas provincias españolas y n países como Irlanda, Francia e Italia. La operación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones.