Según informó la Entidad de Gestión de Derechos de Productos Audiovisuales (EGEDA), el fraude estimado se deriva de los perjuicios en los derechos de emisión causados a los titulares de la propiedad de las películas.

Entre las mil cintas requisadas se ha comprobado que más de 300 son largometrajes originales y el resto grabados de las distintas emisoras de TV (repicados), lo qe supone que en total se estaban exhibiendo a través de la citada televisión local por cable -que cuenta con cerca de 300 abonados- más de dos mil títulos.

Esta emisora cometía presuntamente un doble delito: por un lado, copiaba de las grandes cadenas televisivas (en especial de Canal+) largometrajes por los que no pagaba ninguna cantidad, y por otro, emitía éstas y otras películas originales sin abonar tampoco ninguna cantidad en concepto de derechos de emisión. Por el contrario, la emisora almeriens sí cobraba puntualmente a sus abonados.

Según EGEDA, la mayor parte de las televisiones locales por cable y ondas cumplen escrupulosamente la Ley de Propiedad Intelectual y abonan los derechos correspondientes a la emisión de las obras.