El acusado denunció en ese año la desaparción de su mujer ante la policía española, cuyos agentes, en contacto con los de Scotland Yard, no consiguieron averiguar entonces el paradero de la desaparecida.

Sin embargo, las declaraciones del padre de Alice Winder, en las que afirmaba que la pareja mantenía fuertes discusiones, hicieron sospechar a los funcionarios policiales de Stwart Hutchinson, quien fue detenido en abril de ese mismo año.

En un primer interrogatorio, el sospechoso declaró que había asesinado a su esposa a golpes tras un discusión y, posteriormente, introdujo su cuerpo en la bañera para desangrarla.

A continuación, Hutchinson procedió al descuartizamiento del cadáver con un cuchillo de cocina eléctrico y a la incineración de los trozos mayores en la chimenea de la casa que la pareja poseía en una lujosa urbanización de Mijas.

El acusado explicó que los trozos más pequeños los introdujo en varios botes de pintura que fueron arrojados al vertedero municipal de basuras.

Sin embargo, la policía no descubrió resos de sangre en el chalé de la pareja, ni restos humanos entre las cenizas amontonadas en la chimenea.

El resultado negativo de las pruebas periciales alimentan las esperanzas de Hutchinson de que le declaren inocente.

El juicio, previsto para principios de este verano, fue aplazado, debido a la ausencia de la hija de la pareja, Katinka, que actualmente está bajo la custodia de sus abuelos maternos, en Gran Bretaña.