En la operación, los policías se incautaron de aproximadamente cuatro kilogramos de hachís, entre otros efectos.

La investigación, llevada a cabo por la Comisaría de Centro, comenzó a raíz de un dispositivo establecido para el control y vigilancia de los principales puntos de distribución de todo tipo de drogas.

Las vigilancias permitieron comprobar cómo un grupo de jóvenes vendían tanto hachís como cocaína a la multitud de consumidores a cualquier hora del día.

Aunque las transacciones tenían lugar principalmente en la vía pública, disponían de un domicilio que utilizaban para reponer la mercancía que posteriormente colocaban en el mercado y para ocultar las droga con las que estaban traficando.

En el registro de la citada vivienda, los agentes intervinieron aproximadamente cuatro kilogramos de hachís, siete gramos de cocaína, unos 2.000 euros en efectivo, tres carnés de conducir oficiales en blanco, varias cartillas bancarias, pasaportes y diversos teléfonos móviles.

Durante la detención de los traficantes, uno de ellosintentó hacer desaparecer las sustancias estupefacientes y opuso gran resistencia a la autoridad, resultando lesionados cuatro policías que sufrieron contusiones de diversa consideración al tratar de reducir al traficante.