Su "modus operandi" consistía en la captación de ciudadanos chinos de los más humildes estratos sociales y con un alto grado de analfabetismo, a los que ofrecían, a cambio de 30.000 dólares, la posibilidad de trasladarse a Estados Unidos y Canadá, con un trabajo bien remunerado y la provisión de la documentación necesaria para permanecer en estos países.

A continuación se les trasladaba a bases que la organización tiene en Bangkok y Singapur, donde falsificaban los documentos de viaje, con la tenología más avanzada. De ahí viajaban a Madrid, donde permanecían alojados en un piso hasta el momento del traslado al país último de destino, previa falsificación de pasaportes de nacionalidad japonesa sustraidos a súbditos nipones.

Con este sistema, se calcula que la organización ha introducido durante los últimos nueve meses un número superior a 500 ciudadanos chinos.

Los registros policiales han dado como resultado la intervención de 24 pasaportes falsificados, permisos de conducir, documento de identidad, diversas tarjetas de crédito, 55.000 dólares y casi 10 millones de pesetas en efectivo de diversas nacionalidades.