El operativo se inició después de que la Guardia Civil detectara que estaban circulando muchos vehículos de gran cilindrada, con el número de bastidor manipulado.

El "modus operandi" de la banda era sustraer vehículos de gan lujo en países como Bélgica, Italia y Francia, a los que posteriormente se les manipulaban los números de bastidor, siendo troquelados por otros diferentes que pertenecían a vehículos existentes en los países donde se sustraían los automóviles.

Posteriormente, los detenidos conseguían documentación falsa, robada de los organismos oficiales europeos, y con ella daban cobertura supuestamente legal al vehículo sustraído, que una vez documentado era introducido en España portando una placa de matrículade la nación de origen.

Una vez en España, el vehículo pasaba la correspondiente inspección técnica, y ya estaba listo para ser vendido, sin que los organismos encargados de la matriculación pudieran detectar las irregularidades existentes en la documentación.

La mayoría de los vehículos han sido intervenidos en las provincias de Málaga, Tenerife y Las Palmas, aproximándose el valor de todos los coches sustraídos a 500 millones de pesetas.

La Guardia Civil mantiene abierta la investigación, a que sospecha de la existencia de más vehículos ilegales que han sido introducidos por la red y que están circulando en España, así como de la existencia de otras personas relacionadas con esta banda internacional.