La banda disponía de tres pisos en el madrileño barrio de Aluche donde alojaban temporalmente a las inmigrantes hasta que es encontraban un trabajo, casi siempre en el servicio doméstico y en el área mediterránea.

También se les incautó tres furgonetas, con las que realizaban viajes semanales a Polonia. Una de ellas, con matrícula española, había realizado 190.000 kilómetros desde su compra, hace sólo nueve meses.

La policía tuvo conocimiento a finales de 1996 de la existencia en Madrid de una organización compuesta por ciudadanos polacos que se dedicaba a captar mujeres compatriotas en Polonia para proporcionarles rabajo en España.

Para ello insertaban anuncios en la prensa polaca. Las interesadas debían aportar cantidades que oscilaban entre 500 y 1.000 dólares a los contactos de la organización, quienes se ocupaban de transportarlas clandestinamente en furgonetas hasta Madrid.

Asimismo, la red insertaba anuncios en periódicos como el "Segunda Mano" de Madrid y otros similares de Málaga, Granada, Alicante, Palma de Mallorca y Las Palmas de Gran Canaria en los que se ofrecían chicas polacas para trabajar cmo internas. Cuando un empleador lo pedía, se le enviaba la trabajadora por autobús o vía aérea.