DESARTICULADA EN MADRID UNA RED DE PROSTITUCION NIGERIANA
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Agentes de la Unidad Central de Extranjeros de la dirección general de laPolicía han desarticulado una organización internacional que introducía en España mujeres nigerianas para ser prostituidas en la Casa de Campo de Madrid y en clubes de alterne de varias provincias.
Asimismo, la red falsificaba tarjetas de crédito y realizaba numerosas estafas mediante la confección y utilización de pagarés falsos. Con estos instrumentos de pago simulaban solvencia económica para la realización de operaciones e inversiones de elevadas sumas de dinero a nivel internacional.
El ámbio de actuación del grupo se circunscribía a Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca dentro del territorio nacional y a Holanda, Bélgica y Reino Unido, en la Unión Europea.
La Policía ha detenido a 20 personas en Alcorcón, Móstoles y Parla, catorce de ellos nigerianos, dos naturales de Sierra Leona, uno de Ruanda, uno de Liberia, uno de Costa de Marfil y uno de Gran Bretaña, entre los que se encontraban los principales responsables de la organización.
Las investigaciones se iniciaron hace cuatro mess al comprobar los policías la existencia de redes organizadas dedicadas a la explotación de mujeres subsaharianas que operaban en Madrid y en establecimientos de varias provincias.
Los responsables del grupo vendían a las mujeres a otros individuos, tanto españoles como extranjeros, a quienes cobraban grandes sumas de dinero por la transacción, que oscilaban en torno a los dos millones de pesetas.
Las mujeres subsaharianas eran introducidas en España a través de Marruecos, utilizando documentacin falsificada. Los arrsetados remitían periódicamente importantes cantidades de dinero a otros miembros de la red residentes en el país vecino.
Todas ellas eran trasladadas hasta Madrid obligándolas a firmar documentos de reconocimiento de una supuesta deuda contraída por el viaje que ascendía a cuarenta mil dólares (aproximadamente siete millones doscientas mil pesetas), comprometiéndose al pago de la misma mediante el ejercicio de la prostitución.
Cuando las mujeres eran vendidas a otras persons pasaban a ser éstos los receptores de los beneficios que aquellas obtenían prostituyéndose.
Las principales responsables de dichas actividades eran dos mujerse Iveve O. y Jane M.P. de nacionalidad nigeriana y ruandesa, respectivamente. Ambas contaban con la colaboración de otras compatriotas, que alojaban en su domicilio a las africanas, reteniéndoles todos sus efectos y documentos mientras ejercían la prostitución en locales alejados de Madrid.
Varios individuos, también subsaharianos y residetes en Parla, eran los encargados de realizar las labores de control de las mujeres que ejercían la prostitución en la Casa de Campo, así como de efectuar los transportes hasta los pisos donde eran acogidas.
Los miembros de la organización mantenían constantes contactos con otros ciudadanos nigerianos residentes en Móstoles, uno de los cuales figuraba como administrador de una empresa ficticia ubicada en Madrid, dedicada a la exportación de todo tipo de materiales. Esta compañía mercantil no desarrollba ninguna actividad; en realidad era una empresa "fantasma" utilizada para encubrir todo tipo de actividades ilícitas.
Tales actividadesconsistían en la utilización de tarjetas de crédito de varios bancos extranjeros, falsificadas mediante la inserción de un duplicado de la banda magnética y de los datos de identidad de la persona que las iba a utilizar, con las que adquirían todo tipo de bienes que posteriormente eran enviados a otros países como Nigeria o Liberia para su venta.
Los usuarios e estas tarjetas alquilaban vehículos de lujo, que hospedaban en los mejores hoteles y llevaban un elevado nivel de vida. Todas las operaciones eran cargadas a los verdaderos titulares, quienes permanecían ajenos a estas prácticas hasta el momento en que las entidades bancarias les remitían las correspondientes liquidaciones.
Otra de las actividades fraudulentas llevadas a cabo por la organización desarticulada era la realización de estafas a nivel internacional, utilizando para ello pagarés falsos cofeccionados con sofisticados medios informáticos.
Tales estafas consistían en simular que poseían grandes sumas de dinero de Nigeria, que necesitaban invertir, remitiendo cartas a ciudadanos o entidades con cierta solvencia a quienes explicaban que necesitaban su colaboración ante la existencia de algunos problemas burocráticos que impedían la libre disponibilidad del dinero y que con ello podrían obtener enormes beneficios económicos.
(SERVIMEDIA)
23 Feb 2001
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