Según el citado documento, los niveles de radioactividad del agua vertida no superaban el límite que permite la ley. Sin embargo, los estudios llevados a cabo por la Coordinadora de Colectivos Afectados por el PIMIC (Plan de Desmantelamiento de Instalaciones nucleares y radiactivas del CIEMAT) afirman que el nivel de radiactividad de esas aguas es 9,73 veces superior al tolerado.

El alcantarillado al que se vertieron los residuos desemboca en la depuradora "La China", de la que es titular el Ayuntamiento de Madrid. Por eso, Greenpeace España se ha dirigido, entre otras instancias, al Consistorio para que realice de inmediato un análisis radiológico exhaustivo de las instalaciones.

Según declaró a Servimedia el portavoz de esta organización, Carlos Bravo, la representación sindical de los trabajadores de "La China" solicitó en mayo de 2004 que se colocaran medidores de radiactividad en la instalación, tras conocer que uno de sus compañeros había enfermado por motivos que, según los médicos, podrían estar en relación con su exposición a elementos ionizantes.

Hoy se hace público el acta que autorizó estos vertidos, que agravan un problema ya existente en la depuradora pues, en 1970, fue contaminada porque se liberaron al alcantarillado municipal varias decenas de litros altamente radiactivos procedentes del mismo reactor nuclear, el JEN-1.

En aquella ocasión, el impacto fue tal que pudo medirse radiación incluso en Lisboa, en la desembocadura del Tajo. Bravo afirma que el agua que se depura en "La China" "pasa todavía por zonas contaminadas radiactivamente", por lo que pide el cierre definitivo de esas partes de la depuradora.