Estos fraudes se concentran en unos nuevos intermediarios inmobiliarios, una variante de las conocidas inmobiliarias que se llama "Centros de Información de Viviendas".

Se trata de anuncios de gran atractivo donde se ofrecen viviendas con excelentes condiciones a muy bajo precio. El fraude consiste en que, al acudir a la agencia en cuestión, los usuarios no tienen acceso a dichas ofertas (ya alquiladas), sino que los comerciales les presentan pisos de una cuantía considerablemente mayor y que en nada se parecen a las condiciones anunciadas.

Después de seleccionar una serie de anuncios impresos, los técnicos de UCA/UCE contactaron vía telefónica con estas empresas. Entre las respuestas ofrecidas destacan que el inmueble ya está alquilado o bien que hay un error tipográfico y la vivienda se ubica en otra zona. En muchas ocasiones, estas respuestas son sólo una forma de ocultar que las viviendas ofrecidas no existen.

Estas agencias nunca ofrecen la información por teléfono, sino que exigen al usuario personarse en las oficinas en las que se presta el servicio. Allí, y tras demandar una suma de dinero que ronda los 150 euros, se comprometen a buscar una vivienda que se ajuste al perfil requerido por el usuario durante un periodo de tres meses.

Los "suscriptores" han denunciado que en los tres meses correspondientes no han recibido casi ninguna oferta que se adecue a sus requisitos iniciales; por el contrario, los agentes inmobiliarios se empeñan en enseñarles pisos de precios muy superiores.