Estas cebollas entraron en España, según aseguró la organización agraria, por un puerto del sur de la península, en unas condiciones que no cumplían las normas mínimas de calidad que impone la normativa comunitaria sobre frutas y hortalizas.

A juicio de AVA-ASAJA, "una vez más queda evidenciada la ineficacia de los servicios de la inspección aduanera", los cuales ya habían sido denunciados por esta organización por permitir la entrada de productos mal conservados.

En el miso sentido, Cristóbal Aguado, presidente de AVA, dijo que este hecho supone un "auténtico fraude para los consumidores", y añadió que "resulta más grave, dado que la cebolla autóctona valenciana atraviesa una grave crisis de precios".