Esta protectora de animales aseguró hoy, en una nota, que el dueño de los establecimientos "lleva años recibiendo cargamentos de cachorros de perros" que llegan a sus locales desde Hungría "con enfermedades como moquillo, sarna y parvovirus".

Amnistía Animal explicó que llevaba varios años tras la pista de dos tiendas de venta de animales, una de ellas situada en la calle Galileo de Madrid y la otra en el barrio de Santa Eugenia, al sospechar que compraban cachorros de perros que proceden de Hungría "en pésimas condiciones de transporte, hacinados, con enfermedades y muchos de ellos muertos durante los viajes".

El pasado 26 de febrero, Amnistía Animal Comunidad de Madrid alertó al Seprona de la llegada de un furgón húngaro cargado con 106 cachorros de apenas un mes de edad y que llegaron a España para ser vendidos en las dos tiendas mencionadas.

El Seprona levantó acta de las condiciones en las que fueron transportados los animales, que viajaron hacinados y acabaron exhaustos.

Según Amnistía Animal, el propietario de las tiendas españolas compraba los canes en Hungría por 60 euros y los vendía en sus establecimiento por unos 600 ó 700 euros, ya que, al tener todos los perros raza definida, aumentaba su precio de venta.

"La mayoría de estos animales vienen enfermos y con nuevas cepas de parvovirus, moquillo y sarna, además de que muchos de ellos mueren o bien durante el transporte o una vez que han sido entregados a sus propietarios. Estas tiendas tienen prevista esta situación, por lo que siempre garantizan que, si el perro enferma, se lo cambian al comprador por otro, como si de un electrodoméstico se tratara", añadió.

Amnistía Animal Comunidad de Madrid, que recordó que las perreras municipales "sacrifican miles de animales abandonados", afirmó que España recibe "la escalofriante cifra de más de 15.000 animales al año de países donde la cría de razas de perros es tan intensiva como aquí la de gallinas ponedoras, pues las hembras de can son explotadas para sacar el máximo rendimiento económico".