Estos últimos meses, el Ayuntamiento de Isla Cristina también ha venido denunciando las actividades de pesca ilegal que desarrollan numerosas embarcaiones portuguesas en las costas onubenses, con aparente impunidad.

Según la corporación isleña, la Administración española parece muy eficaz en la persecución de las infracciones que cometen los pesqueros españoles, pero, en cambio, tolera con mucha flexibilidad las que realizan las embarcaciones del vecino país.

En cuanto a las denuncias formuladas por el primer edil de Cartaya, esos grandes barcos con responsables de graves delitos ecológicos, porque ponen en peligro la conservación de diversasespecies de la zona, así como el trabajo de los pesqueros artesanales de trasmallo.

Sus actividades perjudican de modo particular no sólo al equilibrio ecológico de ese enclave costero, sino también a la economía del sector pesquero provincial, que utiliza otra clase de embarcaciones permitidas por la actual normativa comunitaria.

El alcalde, que ya informó de la situación a las autoridades competentes de la Junta de Andalucía, así como a los responsables de la Comandancia de Marina de Huelva, si resultados, insiste ahora en reclamar una mayor presencia de los servicios de vigilancia en la zona.

También solicita la colaboración de las cofradías de pescadores y de los ayuntamientos de Punta Umbría, Lepe, Isla Cristina y Ayamonte, para que intervengan con urgencia y mancomunadamente contra esas actividades pesqueras ilegales.

Según la denuncia de Juan Antonio Millán Jaldón, los grandes arrastreros suelen utilizar artes prohibidas, sobre todo el sistema denominado "rastro con patines", que estroza los trasmallos de los barcos artesanales e, incluso, llegan a arrastrar los arrecifes artificiales de hormigón instalados en la zona.

Según el alcalde de Cartaya, los barcos denunciados tienen en su mayoría un gran tonelaje, aproximándose algunos a las 50 toneladas de registro bruto, mientras que la potencia de sus motores llega en muchas ocasiones a los 500 hp, lo que también está prohibido para desarrollar esa clase de pesca.

El denunciante asegura que los barcos denunciados disponen desistemas de comunicación sofisticados, por lo que nunca salen a faenar cuando perciben vigilancia policial en las costas, en tanto que, en algunas ocasiones, se llegan a permitir el lujo de burlar esa vigilancia.