El Ejecutivo comunitario ha declarado que está "al corriente de la situación, pero no haber recibido los detales necesarios por parte de las autoridades españolas".

Muchos empleados del sector de transporte procedentes de Murcia se habían quejado del trato recibido de la policía de la localidad francesa de Poitiers. Denunciaban una especie de confabulación contra ellos, con el pretexto de que sus tacógrafos estaban manipulados. Por esta razón, los trabajadores eran obligados a pagar altas sumas a los agentes en forma de multas.

El comisario de Mercado Interno, Mario Monti, ha recabado a las autoridades spañolas una información más detallada "sobre incidentes más concretos" para que se pueda lanzar una investigación al respecto.