Posteriormente, el joven accedió a uno de los despachos oficiales y robó una pistola, para después saltar por una ventana sobre una marquesina que da a la puerta de la Jefatura de Policía, y desde aquí a la calle.

El delincuente, amenazó a punta de pistola a u taxista para que le llevara a su casa y al negarse éste, le disparó al coche y se lo robó, consiguiendo llegar poco después a su domicilio, donde lo esperaba la Policía.

Una vez allí, el joven intentó evitar que la policía lo detuviera tomando a dos niños como rehenes y amenazándoles con el arma. Sin embargo, la policía pudo reducir al joven ya que la pistola estaba descargada.

Ramón O.G., pudo escapar por el falso techo de la celda debido a su baja estatura y a su complexión delgada, según la Plicía. La celda que ocupaba había estado vacía algún tiempo precisamente a causa de su inseguridad.