La policía, que cumplía una orden de busca y captura de "El Chino", que tiene pendiente una condena de 12 años, persiguió al fugitivo por las azoteas del citado barrio, hasta que consiguió arriconarle en un edificio de tres plantas.

Una vez allí, Antonio Marchena, situado en el cantil del petril y esgrimiendo una navaja, amenazó con arrojarse al vacío si se acercaban a detenerle, reclamando la atención del vecindario.

ras más de una hora de diálogo con el comisario de policía, Silvano Cirujano Pita, que se situó a escasos metros de donde estaba el delincuente, "El Chino" desistió de su acción y se entregó.

Poco después, los funcionarios le trasladaron a su domicilio familiar, en vez de a comisaría, según el acuerdo alcanzado con el jefe policial.

El pacto consistió en que, a cambio de deponer su actitud, el delincuente no sería arrestado, con el compromiso de que se presentará este próximo lunes a las autoridaes policiales y judiciales que le reclaman.

El historial de este delincuente gaditano, que ha pasado gran parte de su vida en reformatorios para menores y cárceles, está jalonado de episodios de violencia, especialmente porque se dedica a "reventar pisos".