A través de un comunicado, Luesma expresó su "condena y su rechazo" tanto de el ataque a este autobús como los otros dos actos de terrorismo callejero ocurridos también en la capital guipuzcoana, donde unos desconocidos arrojaron "cócteles molotov" contra un cajero automático y contra la Comandancia de Marina.

El delegado del Gobierno señaló que deseaba unir su condena a la de "toda la ciudadanía que ve como nuevamente un grupo de fascistas, de enemigos de nuestro pueblo y de su libertad atenta contra sus instituciones, destroza el mobiliario de sus ciudades, reduce a cenizas sus medios de transporte colectivos, altera en definitiva su convivencia".

Según Luesma, se trata de "atentados y chantajes fascistas que van también contra la esperanza y el deseo de vivir y convivir en paz y libertad de todos los ciudadanos".

Al mismo tiempo, el delegado del Ejecutivo señaló que los vascos están "hartos ya de quienes siguen apostando por la violencia, de quienes no saben o no son capaces de defender su proyecto político con las armas de la política, con la fuerza de la palabra y no con el miedo, el chantaje y la destrucción".

"No me cansaré de repetir", afirmó, "que nada se puede construir, ningún camino se puede transitar con violencia y al margen de la Ley, de nuestro Estado de derecho".

En su opinión, "no es aceptable callar impunemente ante la violencia, ante el chantaje y repartir cínicamente entre los demás las culpas y las responsabilidades. Porque quien practica la violencia, quien calla ante ella, es quien hace imposible avanzar en el camino que los vascos quieren recorrer: el camino de la paz y la libertad".