García declaró que, a raiz de la explosión de diversos artefactos en varios lugares de la costa mediterránea catalana, Baleares ha sido alertada ante posibles atentados terroristas, de los que no hay precedente desde la explosión de un coche bomba que en 1991 hirió en Palma a dos militares.

Los esfuerzos que realizan los efectivos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil en el marco de estos programas espeiales de seguridad se centran en el control de paquetes, coches de alquiler y todo tipo de vehículos particulares que se desplazan a las Islas durante el periodo estival, explicó Gerard García.

Además de los dispositivos anti-terroritas, la Delegación del Gobierno ha destinado para este verano 658 agentes dependientes de las Fuerzas de Seguridad del Estado para reforzar los habituales dispositivos de seguridad en el archipiélago.

Una parte de estos efectivos se dedican exclusivamente a garantizarla seguridad de los miembros de la Familia Real en su descanso en Mallorca. Tradicionalmente estos policías se apostan en lugares estratégicos de la capital balear, como el Paseo Marítimo, nudos de circulación, Real Club Náutico de Palma y el resto de lugares que habitualmente visitan los miembros de la realeza española.

El control es mucho mayor en lo referente a los alrededores del Palacio de Marivent, donde semanas antes de la visita real se realizan minuciosas inspecciones individuales en cada unade las viviendas de la zona, con identificación de sus propietarios.