Este saldo negativo es el resultado de un fortísmo incremento en los pagos por "royalties" y asistencia técnica, que se situron en 261.100 millones de pesetas, casi 100.000 millones más que en el ejercicio anterior.

El aumento de los ingresos por estos mismos conceptos fue mucho menor, ya que pasó de 43.800 a 53.900 millones, lo que ha conducido a un significativo empeoramiento del nivel de autosuficiencia tecnológica.

De hecho, el saldo tecnológico constituye la principal partida del déficit de la balanza por cuenta corriente, tras los intercambios comerciales y los pagos realizados como pagos por las inversiones reaizadas por el capital extranjero.

La mala evolución de la balanza tecnológica pone en entredicho la mejoría iniciada en 1991, que la Administración atribuyó a los primeros frutos de los distintos planes de investigación y desarrollo actualmente en marcha.

Sólo el déficit acumulado en los nueve primeros meses del 92, sin incluir los datos todavía no conocidos del último trimestre del ejercicio, supera ya ampliamente el registrado en cualquiera de los años precedentes.