Cabré, que intervino en el curso "Mercado de Trabajo y Feminismo" que se celebra en los cursos de verano de El Escorial (Madrid), explicó que el mercado matrimonial es muy importante, ya que concede valor a las opciones que tiene la mujer o el hombre en su vida.

Así, dijo que "cuando el mercado matrimonial sea favorable a las mujeres, habrá una presión para que se casen como primera opción".

Algo que empezará a ocurrir e España a partir de 1995, ya que debido a la baja fecundidad registrada desde 1975, el mercado matrimonial será bien distinto al actual, en el que había un excedente de mujeres.

Si se mantiene la diferencia de edad que tienen los esposos en la actualidad, de tres años de media, hay algunas generaciones como las nacidas entre los años de 1978 a 1982 que presentan un déficit superior al 20 por ciento de mujeres; una carencia que se hará patente en todo el mundo a mediados del siglo XXI.

Según Cabré "esta situación propiciará matrimonios muy jóvenes, porque las mujeres se sentirán más presionadas para casarse y, además, tendrán hijos más jóvenes".

RESOLVER LA SOLTERIA

La soltería, que afectará a los hombres, provocará que la escuela sea el principal mercado matrimonial donde fijen sus compromisos y donde tendrán más posibilidades de casarse aquellos que permanezcan más tiempo en ella.

El resto de hombres que no hayan resuelto su soltería recurrirán a agencias matrimoniales, que probablemete se incrementarán en número y que propiciarán uniones con mujeres de países del Tercer Mundo.

Esa situación dará lugar a una oleada de valores de tipo familiarista que supondrán un cambio con respecto a los predominantes en los años 80.

A juicio de Cabré, un efecto de ese nuevo comportamiento social será la importancia que en los próximos años se concederá a los matrimonios por la Iglesia, debido no a una creencia religiosa, sino a la consideración de que tienen mayor entidad.

Así ha ocurrdo en sociedades como la de Estados Unidos o la de Suecia, donde han registrado incrementos singulares de la natalidad y la nupcialidad, fruto del resurgimiento de esos valores familiares.

MERCADO DE TRABAJO

Respecto al mercado de trabajo, esas mujeres tendrán muchas más probabilidades de trabajar en buenas condiciones, ya que pertenecen a generaciones poco numerosas y serán más requeridas por las empresas porque además dispondrán de una buena formación.

"Es posible", dijo, "que lo de trabajar ierda prestigio porque habrá mucho empleo".

También lo tendrán más fácil en las universidades, ya que disminuirá el número de estudiantes y es posible que se puedan beneficiar de becas y ayudas.

"En conjunto", subrayó Cabré, "la mujer tendrá una mejor posición en la sociedad. Primero, se beneficiarán las generaciones más jóvenes, pero por repercusiones sucesivas, también afectará a la de todas las edades".

La demógrafa añadió que será una época en la que la condición de la mujer podría mejorr, aunque añadió que es difícil prever si "se hará de una forma reivindicativa o no".