El descenso de los precios de importación de los productos energéticos, principalmente el petróleo, y la apreciación de la peseta en relación al dólar fueron las principales razones de la positiva evolución del saldo energético.

El déficit disminuyó en 68.600 millones de pesetas durante el último trimestre de 1991en relación al mismo periodo de 1990, lo que compensó el empeoramiento de 69.200 millones registrado en los nueve primeros meses del ejercicio.

Para el conjunto de 1991, la Administración estima que el precio de importación de los productos energéticos registró, en pesetas, un descenso del 5 por ciento.

A ello contribuyó, sobre todo, el descenso del precio medio del barril de petróleo importado, que se situó en 18,1 dólares durante los once primeros meses, lo que supuso una caída superior al 10 pr ciento respecto al 90.

Las importaciones de petróleo, que suponen más del 70 por ciento de las compras energéticas al extranjero, se vieron favorecidas por la estabilidad de precios que siguió al final de la guerra del Golfo.

El déficit de la balanza energética viene registrando incrementos moderados en los últimos años, no alterado ni siquiera por el conflicto del Golfo, ya que en 1990 sólo creció un 3 por ciento.

España exporta productos energéticos, especialmente crudo refinado, a Estads Unidos, Países Bajos, Francia y Portugal. También vende al extranjero hulla, lignitos y turbas, gas y energía eléctrica.