El saldo negativo fue consecuencia de unos ingresos de 13.192.700 millones de pesetas y unos pagos de 15.640.600 millones.

Su crecimiento, según el Banco de España,refleja tanto el aumento del déficit comercial como la reducción en los superávit de servicios y transferencias.

No obstante, su evolución experimentó una notable mejoría el pasado mes de diciembre, cuando el déficit corriente s situó en 179.000 millones de pesetas, frente a 272.000 millones del mismo mes del 91.

En esa mejoría jugó un papel determinante la disminución del déficit comercial, que se redujo un 20 por ciento coincidiendo con los efectos de la devolución de la peseta, con lo que se quedó en 245.400 millones de pesetas.

En el conjunto del año, el déficit comercial se elevó a 3.793.900 millones de pesetas, un 15 por ciento más que en el ejercicio anterior, debido a que las importaciones crecieron casi el tripe que las exportaciones.

Su comportamiento habría sido todavía peor si la bajada de los precios del crudo no hubiese permitido el abaratamiento de la "factura" petrolera, ya que las importaciones de este producto se elevaron a 781.000 millones de pesetas, 78.900 millones menos que en el 91.

La balanza de servicios arrojó un superávit de 727.900 millones de pesetas, atribuible sobre todo al buen resultado de la temporada turística, que supuso unos ingresos de 2,12 billones de pesetas, lo que supus un aumento del 6,6 por cien.

Además, la crisis frenó el crecimiento que experimentó en los últimos años el gasto de los turistas españoles en el extranjero. El año pasado, se dejaron 482.200 millones allende las fronteras, sólo 9.000 millones más que en el 91.

La balanza de transferencias también presentó superávit, de 618.100 millones de pesetas, aunque al igual que ocurrió con la de servicios registró un saldo positivo menos amplio que el del año precedente.

INVERSIONES

En cuanto a los ovimientos de capital a largo plazo, el saldo de las inversiones extranjeras fue de 1.027.800 millones de pesetas, poco más de un tercio del registrado en 1991, cuando se situó en 2,97 billones.

Por contra, los créditos extranjeros pedidos desde España crecieron espectacularmente, alentados por la liberalización de movimientos de capitales que entró en vigor en febrero del año pasado. Los préstamos solicitados ascendieron a 2,21 billones de pesetas, frente a 1,23 billones el año anterior.

En las úbricas de capital a corto plazo, se registraron salidas "muy intensas", según el Banco de España, "fruto de las tensiones que se produjeron en el Sistema Monetario Europeo en la segunda mitad del año".

Las reservas centrales de divisas disminuyeron a lo largo del año en 15.799 millones de dólares, por lo que su valor a 31 de diciembre se sirtuó en 50.484 millones.