En el mes pasado, los españoles compraron en el exterior mercancías por valor de 7.315 millones de dólares, mientras que sólo vendieron productos por un total de 4.610 millones, lo que arrojó un déficit de 2.705 millones de dólares.

Las exportaciones españolas en julio, que crecieron un 16,7 por ciento, no feron suficientes para amortiguar el efecto de unas importaciones que volvieron a "dispararse", debido, como el mes pasado, al efecto de las compras de crudo en el exterior, que aumentaron cerca de un 60 por ciento.

Según el Banco de España, en el capítulo de transferencias de capital destacó en julio el mayor volumen de ingresos de procedencia pública, principalmente de la CE, que ayudaron a mejorar sensiblemente el saldo neto por este concepto.

En el mismo mes, el déficit por cuenta corriente fu de 55.300 millones de pesetas, frente a los 94.200 millones del mismo mes de 1990.

Las entradas netas de capital a largo plazo registraron un fuerte crecimiento, que, según el banco emisor, se explica por el fuerte aumento de las disposiciones de créditos tomados por residentes españoles en el extranjero, tendencia que comenzó a producirse en el mes de mayo.

Por lo que respecta a los movimientos de capital a corto plazo, el Banco de España destaca la disminución de los saldos en pesetas convertiles, así como el de divisas de los residentes.

Entre enero y julio, añade, el déficit corriente subió un 13,6 por ciento, lo que significa una fuerte caída en el ritmo de crecimiento del déficit corriente acumulado respecto a junio.

"Esta evolución", continúa el banco, "se explica tanto por la relativa atenuación de la velocidad de crecimiento del déficit comercial como por la mejora registrada en el superávit de transferencias, que compensa con creces la caída registrada del superávit de servicis".

En cuanto al nivel de reservas, en los siete primeros meses del año el Banco de España aumentó sus fondos de divisas en 9.980 millones de dólares, situando su valor a 31 de julio en 63.084 millones de dólares.