Ante decenas de curiosos, que detenían su marcha para presenciar el acto, los miembros de PETA se tumbaron sobre una bandera británica, se quedaron en paños menores, se rociaron con un líquido que simulaba ser sangre y enarbolaron carteles en los que se leía "Asesinados para la Guardia Real" y "Save the bears (salvad a los osos)".

Uno de los representantes de PETA, Antonio Rodríguez, declaró a Servimedia que este acto forma parte de una campaña internacional que pretende hacer un llamamiento "a la monarquía inglesa y al Ministerio de Defensa de este país para que ceda a la utilización de pieles de osos negros para los gorros de la Guardia Real".

Rodríguez aseguró que son necesarios "uno o dos osos negros" para elaborar un solo gorro de la Guardia Real y que anualmente mueren unos 40.000 ejemplares de estos animales para utilizar sus pieles con distintos fines.

Indicó que este asunto se debatió en el Parlamento británico, donde se planteó la alternativa de confeccionar los gorros con pieles sintéticas, propuesta que no prosperó "porque pusieron la excusa de que es una tradición de 200 años y que pesaba mucho cuando se mojaba, pero, realmente, de fondo hay motivos económicos con la caza de estos animales".

Rodríguez aseguró que PETA ha desafiado a los altos mandos británicos a diferenciar entre un gorro de piel real y otro sintético a simple vista, pero no han recibido respuesta.

"La muerte de animales para continuar la tradición del uniforme de la Guardia Real es sencillamente cruel. Si lo que se desea representar es el orgullo de una monarquía, la peor manera de hacerlo es luciendo la piel muerta de animales inocentes", concluyó.