ETA

EL DEFENSOR DEL PUEBLO VASCO PIDE QUE LAS VÍCTIMAS DEL GAL TOMEN PARTE EN EL PROCESO DERIVADO DEL ALTO EL FUEGO

MADRID
SERVIMEDIA

El Ararteko o Defensor del Pueblo Vasco, Iñigo Lamarca, considera que las víctimas del GAL deben ser tenidas en cuenta en el proceso abierto con el alto el fuego de ETA, en concreto dentro de lo que debe ser un "espacio" que busque la regeneración moral de la sociedad vasca y en el que sean escuchadas las víctimas del terrorismo.

Lamarca hace estas consideraciones en un artículo, recogido por Servimedia, que aparece publicado en el último número de la revista del colectivo Gesto por la Paz, donde el Defensor del Pueblo Vasco señala que, ante lo que parece el fin del terrorismo, el "recuerdo imperecedero del horror" debe servir para que nunca más se encienda en la sociedad vasca la "llama de la violencia".

En este sentido, el Ararteko se refiere a que el País Vasco lleva mucho tiempo sufriendo la "pesadilla" de "la violencia ejercida por ETA, y también por organizaciones de extrema derecha (GAL, BVE, etc.)", las cuales "han asesinado vilmente a centenares de nuestros conciudadanos por sus ideas o por sus profesiones" o los han sometido a la "tortura psicológica insoportable" que supone "la guadaña de la muerte".

Por este motivo, a raíz del proceso iniciado con el alto el fuego de ETA, Lamarca entiende que, además de los "espacios" que se dice van a ser creados sobre la desaparición de la banda criminal y sobre "cuestiones políticas", debería pensarse en otro "tercer espacio" destinado a "interiorizar profundamente los valores de respeto a los derechos humanos".

Según el Defensor del Pueblo Vasco, en este espacio de "regeneración democrática" deberían tenerse en cuenta también las que han sido las víctimas de lo que denomina como "manchas negras en su combate contra el terrorismo", en referencia a los GAL y a supuestos casos de tortura.

"Lo han dicho los jueces", dice en concreto, "cuando han condenado a personas con responsabilidades diversas en el Estado democrático de derecho por practicar tortura o por la 'guerra sucia' contra ETA. Estas prácticas execrables, atentatorias contra los fundamentos de la democracia, han producido víctimas que también deberían participar en el espacio de regeneración democrática al que nos hemos referido".

Añade, a este respecto, que "querer situarnos en posiciones avanzadas en la defensa y respeto de los derechos humanos implica, desde luego, abogar y trabajar por unas instituciones autoexigentes con niveles máximos de calidad democrática, donde no quepa sombra alguna de duda sobre el respeto radical de los derechos humanos en los ámbitos de actuación de los poderes públicos".

(SERVIMEDIA)
20 Mayo 2006
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