"A mí, sinceramente, me parece un acierto la elección de Fernando Alvarez de Miranda" dijo Laborda. "Es una perona con una gran hoja de servicios a la democracia, y su aceptación dice mucho de su vocación de servicio. Será un gran Defensor del Pueblo".

Sobre el proceso para elegir al candidato, Laborda achacó a la propia matemática parlamentaria parte de las dificultades. "Nos dimos una reglas que hacen muy difícil el consenso para elegir al Defensor del Pueblo, para el que hace falta una mayoría de tres quintos de cada Cámara, mayoría superior a la que se exige para elegir presidente del Gobierno", explicó. También apuntó como causa del retraso la ruptura del "clima consensuado que inspiró la Constitución y que se mantuvo hasta 1989, que hacía", añadió, "que en estas cuestiones encontraramos siempre una convergencia para en el momento oportuno proceder a la renovación. No hemos sido capaces de encontrar ese acuerdo hasta hace unos días, pero la institución del Defensor del Pueblo ha seguido funcionando y bien, con la señor Retuerto al frente".

Respecto a que después de una año de discusiones, tras la enuncia de Landelino Lavilla sólo se tardase una horas en lograr un nuevo candidato, Laborda dijo que "cuando hay voluntad de resolverlo, afortunadamente este país tiene banquillo para elegir personas útiles y representativas".