Urra manifestó a Servimedia que esta ley "hace que la justicia sea de los ciudadanos, no sólo de los jueces, os abogados y los fiscales", y es además "muy educativa y nada vengativa". En este sentido, indicó que en los casos de delincuencia de menores la atención no debe limitarse al delito, sino que deben estudiarse las causas en el entorno, la familia y las circunstancias que rodean al joven.

EL defensor del menor se mostró satisfecho de que la ley limite finalmente la responsabilidad a los 14 años, y no a los 13 como se pretendía, y consideró "fundamental" que garantice la intervención de la víctima, que s "la gran olvidada de la justicia en estos casos".

Tiene 13 medidas distintas, desde la simple amonestación hasta el régimen cerrado, "lo cual es muy positivo porque el juzgador va a tener muchísimas posibilidades", explicó Urra. También valoró que la ley deja todo el procedimiento en manos del ministerio fiscal, "lo que me parece muy acertado". "Un niño tiene un pasado y todo eso hay que valorarlo para evitar la reincidencia", argumentó.

Urra agregó que ésta es una ley "muy cara", puesto que reuiere de grandes inversiones económicas para que pueda aplicarse correctamente, con la atención psicológica de los menores, la participación de educadores y trabajadores sociales en los barrios, la habilitación de centros donde los menores estén separados por edades, y la preparación de jueces, fiscales y abogados especializados en menores.

Asimismo, insistió en la necesidad de incidir en la prevención, con el fin de evitar que muchos menores se vean abocados a la delincuencia, para lo que es necesari garantizar a los jóvenes un futuro.

El único "pero" que puso Urra a esta ley es el título de "ley de responsabilidad penal juvenil", que "es horroroso y un error". En este sentido, abogó por un título corto, claro y que se entiende bien, como el de "ley de justicia juvenil", ya que la responsabilidad de los menores, hasta los 18 años, "no debe entenderse como penal, sino como responsabilidad social".