En declaraciones a Servimedia, Núñez-Morgades subrayó que dicha norma servirá para valorar y agradecer la nueva realidad de la relación entre abuelos y nietos, donde los mayores han dejado de tener el papel de "maleducador" para ser los educadores de sus nietos.

"Paraellos es un reto dificilísimo", destacó Núñez-Morgades, debido no sólo a la distancia generacional, sino también por la diferencia de formación y, sobre todo, por la "brecha digital" y las nuevas tecnologías. "Todo ellos les ocasiona incluso trastornos psicológicos que deberíamos tratar de evitar propiciando instrumentos para ellos, por ejemplo a través de escuelas de abuelos", añadió.

En esta nueva función que se otorga a los abuelos, el Defensor del Menor no olvidó que ello también genera una nueva esponsabilidad, que es su obligación de primar el interés del menor en los casos de separación o divorcio.

En este sentido, hizo una llamada a los abuelos para que no olviden el interés superior del menor. "Deben servir para apaciguar, ser el elemento de aproximación, encuentro, pacificación, mediación y defensa del interés del menor, y no el elemento que encienda más el fuego que se origina en una separación traumática", advirtió.

Según dijo, este nuevo papel que ejercen los abuelos se constata n los casos de menores que se encuentran en desamparo. Así, el 54% de los abuelos son los que tienen la guarda de estos menores tutelados por las comunidades autónomas.