Fuentes oficiales mantienen un total hermetismo sobre el asunto, pese a que el máximo responsable del centro desde hace diez años, el teniente general Emilio Alonso Manglano, propuso hace tiempo que el organismo tuviese un gabinete de prensa, al estilo del que disponen otros servicios homólogos, como la CIA.

Creado a imagen del Mossad israelí, el CESID destina el 50 por ciento de ss recursos a la obtención de fuentes humanas, un 30 por ciento a material electrónico, un 10 por ciento a las acciones operativas y un 5 por ciento a otras fuentes informativas.

El centro depende directamente de la Presidencia del Gobierno y de Defensa y en él trabajan militares y civiles, además de numerosas mujeres. Sus operaciones e investigaciones están clasificadas como secretas y sus miembros tienen oficinas en determinados países de interés para España.

En numerosas ocasiones los grupos palamentarios de la oposición han pedido que sea controlado este servicio, cuyo presupuesto supera los 2.300 millones de pesetas anuales y cuyas actividades son desconocidas en general.

El Ministerio de Defensa considera que es "muy delicado" que los diputados tengan acceso a los trabajos del centro, ya que sus operaciones son catalogadas como materia reservada. Por el contrario, la oposición mantiene que el servicio de espionaje español es el menos controlado del mundo y que sus resultados son una incónita.

RECOPILAR INFORMACION

Su principal misión es recopilar información, cuanta más mejor, ya que en ella está la clave para adoptar decisiones, controlar a los rivales y reaccionar a tiempo en situaciones de crisis.

Las investigaciones que realiza tampoco han estado exentas de polémica. Su papel se cuestionó al producirse la intentona golpista del 23-F y más recientemente, la primavera pasada, trascendieron a la opinión pública las dificultades que atravesaba su estación en Marruecos por la pesunta mala gestión de sus responsables.

Defensa sostiene que el reglamento del CESID no es algo especial, sino que es uno más de los que preveía desarrollar la Ley Reguladora del Régimen del Personal Militar Profesional, que entró en vigor hace dos años.

El ministerio confía en que a lo largo de este año puedan redactarse otras normas que tampoco estaban concretadas en la ley, como los derechos pasivos del Cuerpo de Mutilados, la integración de la Guardia Real en la Guardia Civil, los reglamento de provisión de destinos y de especialidades de las Fuerzas Armadas, el programa de determinación de los tiempo de mando, los informes personales y los historiales militares.

También están pendientes de redacción los reglamentos de militares de empleo de la categoría de oficial y los militares de empleo de la categoría de tropas y marinería profesionales, las normas de la Orden de San Hermenegildo, las recompensas militares y el registro de personal.

Además, está previsto que se definan los plans de estudios de las enseñanzas impartidas en las academias militares, una de las reformas de más envergadura emprendidas por el departamento que encabeza Julián García Vargas.