Según Defensa, la no realización de los proyectos se debe a los recortes presupuestarios que han tenido que acometerse debido a la crisis económica que atraviesa el país.

Según a Ser, en total unos diez proyectos del departamento de Defensa quedaron aparcados sin que se ejecutasen, a pesar de lo cual el Gobierno tuvo que pagar la factura de esos planes, casi 7.000 millones de pesetas.

En la última decada, según las mismas fuentes, España ha abandonado, como media, el 20% de los programas de investigación militar en los que se ha implicado, muchas veces con otros países europeos.

Entre esos proyectos destaca una nueva y sofisticada fragata que nunca llegó a navegar y un isil tierra-aire de alcance medio que no llegó a fraguar, programas por los que el Ejecutivo pagó más de 2.000 millones de pesetas.

Organizaciones sociales han calificado este hecho como un auténtico despilfarro de dinero público. Por su parte, el departamento de Defensa no comparte esta opinión y ha asegurado, a través de su secretario de Defensa, que "el despilfarro se produce precisamente cuando se diversifican los recursos".