Durante su informe, la abogada insistió tanto en estas presuntas vulneraciones que la presidenta del tribunal, la magistrada Teresa Palacios, interrumpió su discurso y le espetó que "no vuelva a hablar de torturas".

Palacios le exigió que se remita al informe sobre la defensa de los acusados y abandone la denuncia de los Derechos Humanos pues eso no es objeto de este juicio.

Ziluaga, que tras esta reprimenda pidió un receso, explicó que el objetivo de estas organizaciones es denunciar la situación de algunos de los "738 presos políticos", que, a su juicio, continúan en prisión pese a que debían estar en libertad.

La letrada indicó que se han "falsificado" los hechos sobre las actuaciones que realiza Gestoras Pro Amnistía y Askatasuna y que solo se dedica a denunciar la política penitenciaria basada en la dispersión.

La abogada, que fue espetada varias veces por la presidenta, señaló que los acusados han trabajado como "activistas de la defensa de los Derecho Humanos" y "no bajo órdenes de nadie".