Los familiares del teniente Hormigos, fallecido en Bosnia en junio pasado junto con su compañero Joaquín López Moreno al estrellarse el helicóptero que pilotaba, denunciaron hoy "mala fe" por parte del Ministerio de Defensa y una "falta de respeto total" por la forma en la que le entregaron el cadáver del militar, lo que a su juicio se debió a la renuncia del funeral oficial.

Desde Tierra señalaron que el trato fue "correcto y adecuado" y se prestó a la familia "la máxima atención". La misma que siempre se ofrece ante la muerte de militares puesto que se aplica un protocolo establecido, agregaron.

Según los datos facilitados desde el Ejército, el avión con los restos mortales de los dos militares llegó a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) a las 12.00 de la noche del viernes, día 20 de junio.

Desde allí, ambos cadáveres fueron llevados al Hospital Central de la Defensa "Gómez Ulla" para la autopsia. Este requerimiento obligatorio acabó a las 4.00 de la madrugada, según las fuentes del Ejército de Tierra.

Sin embargo, el traslado a Ciudad Real del cuerpo del teniente Hormigo requería dos permisos más: uno de la consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que autorizase la salida de la región del cadáver; y otro del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz que investigaba el accidente. Ambos "sólo estarían a primera hora de la mañana", según las fuentes.

Para "agilizar los trámites", el Ejército de Tierra afirma que el Gabinete de la ministra, e incluso la propia Carmen Chacón, hicieron gestiones con el consejero madrileño de salud Juan José Güemes y con el juez Santiago Pedraz para que autorizaran el traslado.

Sobre las 11.00 horas del sábado día 21 de junio, según dichas fuentes, se conocieron todos los permisos y desde el Ministerio de Defensa se autorizó el traslado del teniente Hormigos, pese a que no quedó por escrito dicha autorización hasta una hora después.