Según la memoria presentada a la Asamblea de Madrid por el Defensor del Menor, Javier Urra, estas quejas ponen de relievelas dificultades existentes en ocasiones para que se hagan efectivas las condiciones que deben asegurar la dignidad y la participación activa en sociedad del niño discapacitado.

Reflejo de tales dificultades fue la queja presentada por los abuelos de un menor de dos años de edad, con una minusvalía del 33%, que solicitaron la intervención del Defensor del Menor al objeto de conseguir, bien un transporte para trasladar al niño al centro donde recibía tratamiento de rehabilitación, o bien una plaza en u centro especializado.

Las dificultades de escolarización llevaron también al padre de un menor de trece años de edad a comparecer ante la Institución para poner de manifiesto los problemas de conducta agresiva que mostraba su hijo, como consecuencia de un accidente de tráfico sufrido hacía unos años.

Tras la oportuna investigación, el Defensor del Menor verificó que el niño había estado escolarizado en un centro de Educación especial durante el curso 1998/1999. En lo referido a su salud, se compobó igualmente que se le estaban proporcionando los correspondientes medicamentos por el Servicio de Salud Mental, sin que recibiera, sin embargo, tratamiento psicoterapeútico.

En otra ocasión, la madre de una menor de siete años de edad que sufre encefalopatía perinatal fija, denunció el cambio de centro de su hija sin autorización de la denunciante.

Otras quejas incluidas en este apartado, se refieren básicamente a la falta de recursos y ausencia de ayudas específicas dirigidas a garantizar la lena integración de los menores con discapacidades.

BARRERAS

También se recibieron denuncias por las barreras arquitectónicas y las dificultades a las que se enfrentan algunos menores discapacitados para desarrollar una actividad dentro de la sociedad.

Una menor invidente denunció las dificultades a las que se enfrenta una persona ciega al hacer uso del transporte público, dificultades tales como la dirección correcta de introducción de los billetes de metrobús en la máquina canceladora o la imosibilidad de averiguar la parada deseada en las líneas de autobuses.

Esta Institución contactó con la Fundación ONCE para conocer su valoración sobre las cuestiones denunciadas y si ésta habían sido o no objeto de estudio.

La Fundación sugirió la posibilidad de que los billetes de metrobús llevasen cortada, en diagonal, una de sus esquinas. Respecto de la señalización parlante de las paradas en los autobuses urbanos de Madrid, se señaló la posibilidad de iniciar experiencias piloto al objeto de ncorporar un sintetizador de voz a la señalización visual ya existente, que indicará cuál es la próxima parada.

El Defensor del Menor dió traslado de todas estas sugerencias para mejorar el servicio al Consorcio de Transportes de la Comunidad de Madrid.

PERSONAS SORDAS

Otro aspecto que destaca en la memoria esta Institución son las condiciones en las que los niños sordos de Madrid tienen garantizado el derecho que les atribuye la Ley de Garantía de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia. El Defensor del Pueblo pidió para ellos la implantación en todos los centros hospitalarios de la región, de un programa específico de detección de anomalías sensoriales, todas las actividades generales de Prevención y Promoción de la salud (vacunas, hábitos saludables, detección de hipotiroidismo) que sirve también para prevenir tales deficiencias.

En lo que se refiere a ayudas económicas para prótesis, solicitadas también por Javier Urra, los responsables de la Dirección General de Salud Públicade la Comunidad de Madrid alegaron que no es de su competencia pero, el Defensor del Menor se comprometió a estudiar la oportunidad y viabilidad del establecimiento y regulación de dichas ayudas.