La relaciónque existe entre este caso y el de otro guardia civil que también apareció muerto recientemente en su casa cuartel de Mungia (Vizcaya) ha levantado las sospechas del juez, que ha preferido mantender en secreto todos los datos de la investigación. Además, parecer ser que ambos guardias se conocían entre sí y eran amigos.

La Guardia Civi, que estudia este caso, y la Ertzaintza, que investiga el homicidio de Mungia, por tratarse de un funcionario retirado, mantienen "abiertas" todas las hipótesis y no decartan que ambos casos puedan estar relacionados a pesar de que no existen pruebas que corroboren esta hipótesis.

Lo cierto es que los dos guardias civiles fueron abatidos en distintos días en su propio domicilio por, al menos, una persona. En los dos casos, el autor o autores de los crímenes habrían extraido las balas del cuerpo para ocultar pistas.

Fuentes próximas a la investigación apuntan a que los asesinos podrían ser miembros de la propia Guardia Civil y que, en el caso de la última muerte podría haberse producido por un asunto de drogas.