El primer testigo en comparecer ante el juez fue el guardia de seguridad del Icona en Doñana, Francisco Llano, que aseguró ignorar la causa que provocó el fallecimiento de los patos.

Francisc Llano, vigilante del parque desde hace 23 años, basó su negativa a firmar el informe sobre la mortandad de las aves por pesticidas en su desconocimiento técnico y especialista para saber si esa fue la verdadera causa.

Francisco Llano reconoció haber recibido durante los años pasados diversas amenazas anónimas, algunas incluso de muerte.

El abogado de la defensa y letrado de los ex-altos cargos de la Junta de Andalucía encausados en el juicio, Francisco Baena Bocanegra, consideró que las declaracones del guardia del Icona refuerzan la tesis del botulismo como causa de estas muertes.

Francisco Baena manifestó que "era un testigo de la acusación aunque las contestaciones que ha dado se aproximan a la tesis que venimos manteniendo desde un primer momento sobre este hecho, que es por supuesto el botulismo".

El inspector de la policía judicial, José Antonio Vidal, también prestó declaración ante el juez como testigo al haber sido el responsable de iniciar las investigaciones en este caso y haer tomado las primeras declaraciones.

José Antonio Vidal aseguró ante el magistrado que la administración no realizó ningún tipo de control sobre los plaguicidas utilizados en los arrozales.

En la sesión de hoy también declararon los responsables de las empresas URT y Alcotan, suministradoras de los pesticidas utilizados por los arroceros.