Con esta declaración Ortega ratifica la declaración del propio acusado, que aseguró en el primer día de la vista ral que el 16 de febrero de 1991 se encontraba bajo los efectos de una "tranca como un piano", por lo que añadió que no se acordaba con seguridad de lo que hizo esa jornada.

La comparecencia de este testigo, un medium que dijo poseer "pruebas contundentes" que demostrarían la "inocencia" de "Pepe el Boca" no ha esclarecido notablemente el caso de esta niña onubense, ya que contradice lo que otros testigos han declarado en anteriores jornadas.

Mientras cuatro jóvenes declararon haber visto a José ranco sobre las 17.30 el día de la desaparición de la niña, una testigo dijo que ese mismo día y a esa misma hora vio a la pequeña acompañada de un hombre "muy parecido" al procesado en otra zona bastante alejada a la que se refirieron los cuatro jóvenes.

Entre los testigos que hoy prestaron declaración llamados por la defensa se encontraba la madre del acusado, Eulalia de la Cruz, quien afirmó conocer a Ana María, ya que ésta jugaba habitualmente con su nieta Raquel.

El fiscal y la acusación paricular, además de una pena de 44 años de prisión, han solicitado otra de 6 años de destierro para el procesado, mientras que la defensa pide la libre absolución.

Para mañana martes está previsto que comparezca ante la Audiencia de Huelva el forense sevillano, Luis Frontela, quien practicó la autopsia y otros análisis al cadáver de Ana María, que apareció en avanzado estado de descomposición a más de dos meses de su desaparción en las marismas del río Tinto, en las cercanías de la capital onubense.