Según relataron a Servimedia esquiadores que se vieron envueltos en el suceso, éste ocurrió hacia la una de la tarde, en la pista de Argulls (Bonaigua), cuando las rachas de viento huracanado y l nieve llevaron a parar el funcionamiento de muchos telesillas y remontes de la estación.

Como consecuencia, alrededor de ciento cincuenta personas que se encontraban en la citada pista, incluyendo niños que tomaban clases de esquí, tuvieron que esperar unas tres horas hasta ser rescatados, sin poder aventurarse a buscar por su cuenta el camino, dada la escasa visibilidad provocada por el temporal y el consiguiente riesgo de extraviarse.

Mientras aguardaban su rescate, algunos de los esquiadores uscaron refugio en las dos casetas de los vigilantes de los telesillas, pero esos habitáculos sólo tienen espacio para unas veinte personas, por lo que el resto tuvo que esperar a la intemperie.

Finalmente, los responsables de la estación enviaron máquinas quitanieve que transportaron a los esquiadores en las cabinas, sobre las plataformas y agarrados a cuerdas enganchadas a la parte trasera de esos vehículos.