A medida llegaban al Congreso los parlamentarios de los distintos grupos, y entre consignas que eran coreadas por los empleados de Sintel, algunos recibían en mano un escrito en el que se exige el cumplimiento de los acuerdos firmados por el Ejecutivo, Telefónica y los sindicatos.

Con anterioridad, los manifestantes habían celebrado a prmera hora de la mañana una asamblea en las cercanías del Congreso y quisieron aprovechar la celebración del Debate sobre el Estado de la Nación y su repercusión pública para recordar el problema que atraviesan.

Media hora antes de comenzar la sesión parlamentaria, los concentrados llamaron la atención de los periodistas con gritos como "Los diputados nos han abandonado", "Dónde están, no se ven, las promesas del PP", "Somos obreros, no terroristas" y "Sí, sí, sí, vengan a ver, este el empleo que crea l PP".

La Policía desplegó rápidamente un dispositivo para evitar incidentes. Rodeó a los ex trabajadores de Sintel y, una vez que Aznar entró en el Congreso, los disolvió lenta y pacíficamente.

Según explicó a Servimedia un portavoz de Sintel, han dejado de percibir las prestaciones de desempleo y temen que la opinión pública olvide definitivamente su problema estas vacaciones.

El escrito elaborado por Sintel, en el que se exige una "solución justa y digna" al conflicto, pudo ser entregado on éxito a diputados como los socialistas Jesús Caldera, Manuel Marín y Victorino Mayoral y los populares Luis de Grandes, Ignacio Gil Lázaro y Teófilo de Luis.

POCAS PERSONALIDADES

Los pasillos y la tribuna del Congreso de los Diputados estuvieron esta vez menos abarrotados que en anteriores debates sobre el Estado de la Nación. Al menos en la sesión de la mañana, había más periodistas que personalidades.

El presidente del Senado, Juan José Lucas, y el vicepresidente primero de la Cámara Alta,Alfredo Prada, llegaron juntos un cuarto de hora antes del inicio del debate. Por los alrededores del Congreso estaban ya algunos dirigentes de la Federación Socialista Madrileña como Juan Barranco y José Acosta.

Los "fontaneros" de La Moncloa fueron apareciendo en un goteo que se inció con la presencia, primero, de Baudilio Tomé, director de Estudios y Comunicación del Gabinete de Aznar; luego, el secretario de Estado de Comunicación, Alfredo Timermans; y, más tarde, el subdirector de Gabinete, Javie Fernández-Lasquetty, que portaba dos maletines.

Aznar llegó a la Cámara Baja a falta de seis minutos para el inicio de la sesión. También el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, esperó al último minuto para abandonar su despacho en la primera planta del Congreso y bajar por las escaleras hasta su escaño acompañado de Jesús Caldera y sus asistentes.

Todos los ministros de Aznar estuvieron presentes durante el discurso del jefe del Ejecutivo y aplaudieron en varias ocasiones l líder popular cuando reiteró su compromiso en la lucha contra el terrorismo, cuando explicó las obras para llevar el AVE por toda España -a pesar de la carcajada generalizada que se oyó en los bancos de la oposición- y cuando anunció la convocatoria de elecciones en marzo de 2004.

La intervención del presidente del Gobierno duró una hora y dos minutos. Al concluir su discurso, los diputados populares se pusieron en pie y le aplaudieron durante casi un minuto.