Pese a las insistentes preguntas en la rueda de prensa posterior a la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, Blanco no aclaró de forma explícita si el líder socialista aludirá a la situación de los ministros de Asuntos Exteriores y de Medio Ambiente.

Como única respuesta, Blanco repitió una y otra vez que elobjetivo de los socialistas es denunciar y solucionar los problemas de los ciudadanos, no los concretos de dos ministros. En consecuencia, anunció una intervención de Rodríguez Zapatero "cargada de propuestas".

Blanco se refirió al secretario general del PP, Javier Arenas, como un "profesional de la crispación", empeñado en elevar el tono del debate para "ocultar la evidencia de que su partido no tiene proyecto para España".

La estrategia del PSOE, por tanto, será la de poner sobre la mesa las alernativas a esas carencias del PP y, en relación a la situación de los dos ministros, dejar que actúe la Justicia, a ser posible sin interferencias.

En este punto, Blanco reiteró la petición para que el fiscal general del Estado no interfiera en la labor de la Justicia y se refirió a él como uno de los dos "nuevos miembros del Gobierno, que opinan cada día de política: Uno es Ana Botella y el otro es Jesús Cardenal".

No obstante, en un momento dado, Blanco advirtió a los dirigentes del PP y al cojunto del Gobierno que la ética "hay que dejar de predicarla y empezar a practicarla". "No estaría de más que aplicaran lo que decían", agregó.

Al ser preguntado por la posibilidad de que Rodríguez Zapatero ponga estos dos casos como ejemplo de la falta de crédito del Ejecutivo, Blanco pidió "tiempo al tiempo", sin rechazarlo.

Por otro lado, Blanco respondió a quienes piden más contundencia al PSOE en su oposición y, especialmente, a los dirigentes de Izquierda Unida, que han acusado a los socialstas de tener miedo a un debate sobre corrupción. Tras recordar que cada partido es dueño de su propia estrategia, Blanco comentó que, por el momento, la de la coalición "está dando pocos frutos".