Según declaró Campo Vidal a la Ser, los respectivos equipos de imagen de los candidatos presidenciales pusieron mucho interés en controlar todos los aspectos que consideraban que podían inclinar la balanza en uno u otro sentido, como la luz, las mesas, el fondo o los trajes.

En algunas cuestiones no llegaron a ponerse de acuerdo, omo ocurrió en el orden en que debía comenzar y terminar el debate. No hubo consenso sobre quién debía tomar la palabra en primer lugar y quién debía hablar el último.

Finalmente, Campo Vidal tomó una decisión salomónica. Bajo su propia responsabilidad, determinó que uno de ellos empezase y acabase en la primera mitad del programa y el otro marcase la primera y la última frase de la segunda mitad. A Aznar le correspondió el primer turno y González tuvo la última palabra.

Sin embargo, el moderadoradvirtió que los propios candidatos daban menos importancia a estos asuntos y estaban más interesados en el fondo del pulso que iban a librar que en las formas.

Un ejemplo de este talante fue la decisión de González de acudir rápidamente a estrechar la mano de su adversario al término del debate, a pesar de que los asesores habían acordado que no hubiese saludos. "Se dio tanta prisa en llegar a Aznar, que me ganó en la carrera, porque yo también me dirigía en esa dirección con el mismo propósito", comntó Campo Vidal.

Por otra parte, calificó de hito histórico el programa: "Dentro de unos días, uno de ustedes dos será presidente de Gobierno", dijo Campo Vidal al término del programa, "pero hoy hemos escrito una página de la historia con éste que ha sido el primer debate televisado de los dos principales candidatos".