UN CURSO DE LA UNED SOBRE VIOLENCIA EN LOS MENORES CONCLUYE QUE LA LEY DEL MENOR NO ES EFECTIVA EN EL ASPECTO DE LA REINSERCIÓN
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Un curso de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), celebrado desde el pasado lunes hasta hoy en Madrid, concluye que la aplicación de la ley penal del menor no ha dado los resultados esperables en cuanto a la recuperación de los menores infractores y su posterior reinserción social.
La directora del encuentro, Alicia Rodríguez, profesora de Derecho Penal de la citada universidad, declaró a Servimedia que con esta norma, que es del año 2000 y que dispone de un reglamento de 2004, la víctima no está suficientemente protegida, por lo que hay un proyecto de modificación para recoger aspectos hasta ahora no tenidos en cuenta.
El curso, titulado "El menor como infractor y como víctima de la actividad delictiva", ha finalizado con la conclusión que la ejecución de las medidas educativas que se imponen a menores infractores cuyo seguimiento depende de comunidades autónomas no está bien controlada y no es lo efectiva que cabría esperar.
En este sentido, Rodríguez explicó que para el cumplimiento de estas medidas educativas se deriva a los menores a centros privados, donde generan un coste diario de unos 300 euros.
Por este motivo, continuó la directora del curso, "es mucho más rentable invertir en prevención" que hacerlo después en medidas de reeducación.
En la misma línea, la experta señaló que esa prevención debe llevarse a cabo en todos los ámbitos del menor, ya que, dijo, "nada hacemos recuperando a menores si luego se reintegran a familias" en las que se dan factores de riesgo para que el joven reincida en conductas violentas.
AGRESORES Y AGREDIDOS
Por otra parte, esta profesora de Derecho Penal de la UNED subrayó que "no hay unas características" concretas que puedan atribuirse a los menores infractores y a los menores víctimas, pero sí "unos factores de riesgo" para el agresor y unas conductas determinadas que pueden hacer sospechar que un pequeño está siendo víctima de algún tipo de violencia.
Así, entre los factores de riesgo de los jóvenes agresores citó el hecho de que el menor no se lleve bien con sus padres o que éstos estén separados; que el pequeño tenga amigos delincuentes, dificultades para relacionarse o que pertenezca a una etnia distinta a la mayoritaria.
Del mismo modo, aludió al carácter agresivo del menor y a su coeficiente intelectual bajo; al escaso rendimiento escolar o al abandono temprano de los estudios, entre otros factores.
Con respecto a los síntomas que pueden hacer sospechar que un menor está siendo víctima de violencia por parte de otros menores, Rodríguez señaló el bajo rendimiento de un chaval con coeficiente intelectual normal; su dificultad o falta de socialización; el hecho de quejarse de dolores localizados o de dar síntomas de miedo, como algunos de los más señalados.
El objetivo de este curso ha sido contribuir a crear un marco de reflexión sobre la problemática y la alarma que provoca la participación de los menores en la realidad delincuencial, tanto por su implicación como víctimas, como por su participación como infractores.
Los destinatarios del encuentro han sido son padres, comunicadores, estudiantes de Derecho, Psicología, Sociología, Magisterio, Trabajo Social, educadores, miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, trabajadores de centros de internamiento, integrantes de ONG y, en general, todas las personas preocupadas por la educación y reeducación de los menores.
(SERVIMEDIA)
19 Jul 2006
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