Biendicho relató que cuando él estuvo en el Seminario en Madrid mantuvo relaciones sexuales "con tres sacerdotes que hoy son obispos. No pienso decir el nombre de esos tres obispos, a no ser que ellos tomen algún tipo de medida (contra Mantero)".

"Entonces", amenazó, "se iban a encontrar de frente conmigo, porque yo puedo hablar de mi intimidad, y diría, con nombres y apellidos, quiénes se están sentando en l Conferencia Episcopal que son maricones como yo".

Añadió que "no pienso permitir, ni como persona, ni como presidente de la Plaforma Popular Gay, ni como miembro de la ILGA (Asociación Internacional de Lesbianas y Gay) cualquier tipo de medida, en un país democrático, que perjudique a éste o a cualquier otro presbítero o religiosa que decida hacer pública su homosexualidad".

Biendicho destacó que "me parece fantástico que un sacerdote en activo, como hay decenas de miles en España, decida hacer so de su libertad y recupere la dignidad que el Estado del Vaticano le había secuestrado a él y a todos los sacerdotes homosexuales y a todas las religiosas lesbianas".

Finalmente, subrayó que "ni un solo pasaje del Nuevo Testamento condena la homosexualidad. Jesucristo jamás la nombró, Jesucristo condenó la usura, es decir, el préstamo de dinero con intereses, eso que hacen todos los bancos y el Gobierno español, pero jamás condenó la homosexualidad".