UN CURA EXTREMEÑO TRAE DE NUEVA YORK 86 CASULLAS REGALADAS QUE REPARTE ENTRE PARROQUIAS NECESITADAS
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El sacerdote cacereño Marcelo Blázquez Rodrigo ha viajado desde Nueva York a Serradilla (Cáceres) con un total de 86 casullas, regalo de los fieles a parroquias de la Gran Manzana por la muerte de algún familiar, tradición muy extendida entre los inmigrantes italiano, polacos y húngaros.
Blázquez ha convertido el patio de su domicilio de Serradilla en un enorme armario con estas casullas que ha recogido en Nueva York durante los dos últimos años.
"In memory of Rose Regy" es la frase bordada con hilo amarillo en una de las casullas más ornamentadas que guarda el párroco extremeño y que cuelga junto a otras 40. El resto, hasta 86, ya las ha repartido entre algunas de las parroquias más necesitadas de la diócesis de Plasencia.
Blázquez Rodrigo, que desempea su labor como sacerdote en Nueva York desde hace 21 años, es actualmente capellán católico de la prisión de "Woodbourne".
A pesar de llevar tanto tiempo en Norteamérica, no se había percatado hasta ahora de que en las parroquias de Nueva York se amontonaban inservibles casullas, cálices y bandejas que los feligreses regalaban tras la muerte de un familiar.
"Hace tres años tuvimos una reunión de todos los capellanes de prisiones de la diócesis de Nueva York y allí se llevaron las casullas que nose utilizan en las iglesias. Después de distribuir algunas de ellas entre las parroquias que la necesitaban, aún sobraban muchas. Entonces yo pensé: estos americanos son capaces de tirarlas. Por eso, se me ocurrió guardarlas y traerlas a Cáceres, con la cantidad de párrocos que la necesitan aquí". explicó.
Las casullas llevan bordado el nombre de la persona fallecida en cuya memoria se entregaron a la Iglesia. El sacerdote extremeño dijo que "lo que más me sorprende de los católicos americanos es lo gnerosos que son con sus parroquias. Los donativos en forma de casullas, cálices o bandejas no son sólo propios de familias pudientes. Para muchos feligreses suponen un verdadero sacrificio".
Blázquez Rodrigo aprovechó su viaje a España con el fin de pasar las navidades con su familia para guardar en sus maletas las 86 casullas, 7 cálices y las bandejas que ahora guarda en Serradilla.
"De acuerdo con unos catálogos que tengo, los objetos que he traído están valorados en 3 millones de pesetas. Por jemplo, cada cáliz vale unas 90.000 pesetas", dijo el párroco.
(SERVIMEDIA)
14 Ene 1995
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