La decisión de Air Madrid fue motivada por la presión del Ministerio de Fomento, que amenazaba con retirarle la licencia por sus incumplimientos en materia de seguridad.

De hecho, Air Madrid acusó a Fomento de hacer "un uso arbitrario e injusto" de sus atribuciones, hasta tal punto que le culpabilizó de haber destruido totalmente su imagen de marca y de provocarle una situación en la que era imposible desarrollar su actividad.

A continuación, el departamento de Magdalena Álvarez puso en marcha un operativo humanitario para atender a los pasajeros afectados por el cierre unilateral de la compañía que transportó a unos 6.000 afectados.

En 7 días, Fomento fletó 16 vuelos, que trasladaron a casi 4.000 personas. El resto encontró plaza gracias al operativo establecido con otras compañías aéreas.

Más tarde, el 17 de enero, el Ministerio llegó a un acuerdo con Air Comet, aerolínea del grupo Marsans, para que asumiera la mayoría de rutas de Air Madrid a cambio de transportar a los pasajeros afectados por 200 euros.

En virtud del pacto, Air Comet se comprometía también a contratar 578 trabajadores de Air Madrid, aunque finalmente acabó realizando sólo unas 350 contrataciones.