Aznar, que aseguró en rueda de prensa que el problema de la inmigración preocupa a todos los ciudadanos europeos y ha sido el principal asunto tratado en este encuentro, destacó las principales propuestas aprobadas para erradicar la inmigración clandestina.

Entre estas propuestas, destaca la formalización, antes del próximo otoño, de medidas eficaces contra el tráfico de seres humanos; armonizar el marco penal de los países miembros para prevenir la entrada, el tránsit y la residencia no autorizada; reexaminar, antes de fin de año, la lista de Estados a cuyos ciudadanos se les pedirá visado; la puesta en marcha de un sistema común de identificación de los visados; y adoptar, antes de fin de año, un programa de repatriaciones.

El jefe del Ejecutivo español también subrayó el acuerdo del Consejo por el que la UE se reserva el derecho de adoptar medidas, dentro de la Política Exterior y Seguridad Común, contra aquellos países que no colaboran con la lucha contra la inigración ilegal, a pesar de haber recibido ayuda comunitaria para ello.

Asimismo, Aznar indicó las acciones acordadas para potenciar la gestión coordinada e integrada de las fronteras exteriores, como la puesta en marcha, antes de final de 2002, de operaciones conjuntas en las fronteras de la UE.

El presidente del Gobierno afirmó que "la Europa fortaleza no tiene sentido, y necesita a los inmigrantes sobre la base de la legalidad y de la regulación de los flujos migratorios".

A renglón sentio, subrayó que a lo que no está dipuesta la UE es a consentir a las mafias que se lucran con el tráfico de seres humanos.

A preguntas de los periodistas sobre la futura reforma de la Ley de Extranjería, Aznar dijo que España ajustará esta legislación a los acuerdos adoptados en esta Cumbre de Sevilla.