En un encuentro con periodistas, Marín hizo una primera valoración positiva de la Cumbre de Niza, a la espera de conocer "la letra menuda" de las conclusiones finales de a Presidencia.

Marín recordó que España ha gozado en los últimos años de una posición "cómoda" derivada del hecho de ser un país intermedio entre los grandes y los pequeños, lo que le ha permitido jugar "de visagra".

Por este motivo, consideró que España, más que entrar en batallas "coloristas", debe seguir trabajando su papel de "facilitador de compromisos" y de defensa de los intereses comunitarios.

En este sentido, dudó de la eficacia que puede tener "como tarjeta de visita" el repetir "mchaconamente que somos un país grande", y abogó por evitar alianzas temporales y pactos que puedan diluirse en el tiempo.

Así, y a la espera de los detalles de las conclusiones, opinó que España obtendrá tras la ampliación "el estatus que le debe corresponder" en virtud de su población.

A juicio de los socialistas, y en virtud de este mismo criterio, es "lógico" que Alemania incremente su poder dentro de la Unión Europea, y que la evolución demográfica sea determinante para fijar el funcionamient de los órganos comunitarios.